MANDAMIENTO LEYES DIVINAS
MANDAMIENTO LEYES DIVINAS
PERO CUANDO VINO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO DEJO UNOS NUEVOS MANDAMIENTOS
Estos son los 10 mandamientos:
1. AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
Sólo existe un Dios, creador y todopoderoso, al que adorar. "Yo, el Señor, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto" (Ex 20, 2-5).
2. NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO
Nada de blasfemar, maldecir o jurar, pues son ofensas a Dios. "No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios". (Ex 20, 7; Dt 5, 11). "Se dijo a los antepasados: "No perjurarás"... Pues yo os digo que no juréis en modo alguno" (Mt 5, 33-34).
3. SANTIFICARÁS LAS FIESTAS
Habla de trabajar seis días a la semana, de descansar el séptimo para honrar a Dios y de rendir culto en los días de fiesta. "Pues en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo el Señor el día del sábado y lo hizo sagrado" (Ex 20, 11). La Iglesia, después de cambiar el día de descanso del Sabbath judío, o séptimo día de la semana, al primero, fijó el domingo como Día del Señor.
4. HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE
Dios quiso que, después de Él, honrásemos a nuestros padres, a los que debemos la vida y que nos han transmitido el conocimiento de Dios. "Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar" (Ex 20, 12).
5. NO MATARÁS
"La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente" (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, intr. 5).
6. NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS
Se refiere a las relaciones sexuales fuera del matrimonio y a otros actos considerados inmorales. "Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón" (Mt 5, 27-28).
7. NO ROBARÁS
Según explica el Catecismo de la Iglesia Católica, "el séptimo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien del prójimo injustamente y perjudicar de cualquier manera al prójimo en sus bienes. Prescribe la justicia y la caridad en la gestión de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres. Con miras al bien común exige el respeto del destino universal de los bienes y del derecho de propiedad privada. La vida cristiana se esfuerza por ordenar a Dios y a la caridad fraterna los bienes de este mundo".
8. NO DARÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS
"No darás testimonio falso contra tu prójimo" (Ex 20, 16). "Este precepto moral deriva de la vocación del pueblo santo a ser testigo de su Dios, que es y que quiere la verdad", sostiene la Iglesia. "Las ofensas a la verdad expresan, mediante palabras o acciones, un rechazo a comprometerse con la rectitud moral", esgrime.
9. NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS
Se refiere a la concupiscencia, que en la moral católica significa, en palabras de la RAE, deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos. "No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo" (Ex 20, 17).
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Prohíbe la avaricia y el deseo de una apropiación inmoderada. "No desearás su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prójimo" (Dt 5, 21). "Donde [...] esté tu tesoro, allí estará también tu corazón" (Mt 6, 21).
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; "mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas" (Mateo